Hoy en día, si pensamos en la ciencia nos vienen a la cabeza imágenes de científicos de bata blanca que son serios, ordenados y lógicos (tal vez con alguna notable excepción, como Albert Einstein). Si alguien está hablando de la ciencia no se permite que se mezclen sus conocimientos con los sentimientos humanos que tanto nos caracterizan. Parece que como mejor se trabaja en este ámbito es siendo un robot. No creo que sea así.
Pero llevamos tanto tiempo con esa concepción de la ciencia y la investigación que nos hemos acostumbrado a ella. Parece que esa ha sido y es la única manera de verla, pero este es uno de los peores trucos de la costumbre, lo envuelve todo con un manto pesado y agradable que nos tapa la nueva luz del sol y nos susurra al oído que el mundo siempre ha sido así, y que cambiarlo sería algo disparatado.
Pero el manto cambia, por supuesto, a medida que cambia lo que para nosotros es lo cotidiano.
Para los griegos de la Antigua Grecia no era raro mezclar diversas ramas del conocimiento, de hecho, lo raro era mas bien no hacerlo. Un filósofo reflexionaba sobre la vida, la muerte, la libertad, la astronomía, la naturaleza y mil cosas más. No era delito mezclar los sentimientos con los procesos naturales o con los ciclos de las estrellas. Y por eso me pregunto, ¿por qué es algo impensable en la actualidad?
Creo personalmente que tiene mucho que ver con el desarrollo de un pensamiento mecánico. Un pensamiento en el que todo debe ser rápido, eficaz y perfecto. Sin errores, donde los sentimientos son solo un estorbo, algo demasiado humano en una forma de pensar de máquinas.
Llevamos mucho tiempo pensando así, ya es hora de volver a atrevernos a pensar como humanos, con todo lo que ello conlleva.
Y por eso mismo es un fallo dejar la filosofía de lado en el sistema educativo. La filosofía, al igual que muchas otras ramas, tienen mucho enlace con el resto de ciencias. Ya te conté como era eso en Japón. En Japón la familia se deja de lado, para continuar con el desarrollo del estado. Y es que los sentimental humanos no se pueden dejar de lado, un gran error.
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El sentimiento es necesario para la vida, gracias por comentar.
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Y, sin embargo, aunque aparentemente las decisiones racionales son muy racionales y en ellas no median las emociones, cualquier decisión raccional empieza y termina con una emoción; si no fuese por ellas, nuestra mente nunca sería capaz de tomar un camino.
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Muy buena observación. Algunas de las decisiones que a nuestro parecer son las más racionales se toman haciendo caso a nuestras emociones en su mayor parte.
Un saludo
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Algunos hablan de una “inteligencia sentimental”. Me parece un buen concepto, los antiguos griegos mezclaban filosofía con todas las ramas de las incipientes “ciencias.” Hace tiempo que nos hemos especializado de una manera más eficiente. Es decir, cada vez sabemos más de aalgo menos amplio. Complicado…
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Sí, muy complicado. Nada es blanco ni negro, como tú bien dices.
Un saludo
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